A veces lo intermedio es simplemente lo más sabroso. Esto lo constatan definitivamente los fanáticos del té Oolong, el cual en cuanto a sabor y a proceso de elaboración representa el punto intermedio entre el té verde y el té negro. Se elabora teniendo en cuenta un tiempo de fermentación exacto, mayor al del té verde e inferior al del té negro. Se considera un arte mayor el encontrar el punto perfecto para lograr el tono cobrizo de las hojas y detener el proceso de fermentación por medio de la vaporización o la oxidación. Este té tradicionalmente proviene de pequeñas zonas de cultivo en Fiji (China), Este de Guangdong y de Taiwán, donde es conocido como Formosa Oolong.